CRÓNICAS DE MEDJUGORGE


Comenzamos este nuevo espacio, tras la Peregrinación a Mendiugorje, en el que intentamos comentar y transmitir el ESPIRITU de aquella tierra bendecida por la Virgen. En primer lugar, y como saludo, esta foto del grupo de sacerdotes que acompañamos a los 160 peregrinos de la “Asociación María Reina de la Paz” de España. Íbamos, como otros años, a compartir la alegría de los miles de hermanos que allí nos juntamos en torno a María y a Jesús. Cada semana comentaremos una de las imágenes que nos hemos traído de aquella bendita tierra de Bosnia. 30.000 jóvenes asistieron al “Encuentro de la juventud” que anualmente allí se celebra. A esta cantidad hay que sumar los muchos miles de peregrinos adultos, familias enteras, religiosos y religiosas, cuatrocientos sacerdotes, etc., que rezamos juntos, cantamos, celebramos, convivimos, y nos sentimos felices junto al Señor y a la Virgen. Son muchos los detalles y anécdotas que se pueden contar. Iremos publicándolas poco a poco. Como inicio de este espacio, bien vale esta foto, recién celebrada la Eucaristía, de este grupo de hermanos que fuimos a vivir y a servir. Y os puedo decir que nos venimos felices y con nostalgia. Allí, de verdad, se siente la presencia de nuestra Madre, la Reina de la Paz.

Juan García Inza


Todas sonrientes junto a la Madre

En la Crónica anterior nos toco salir a los sacerdotes. Pienso que era un detalle que a la Madre le agrada mucho por que los sacerdotes son sus hijos preferidos. Esta vez he querido que salga un grupo de almas consagradas y almas entregadas. Al fondo las cuatro religiosas de las HH. Misioneras de la Sagrada Familia de Murcia que soñaban con ir a Medugorje, y pudieron ir. Han sido unos de los días más felices de su vida. La hermana negrita de Kenia tuvo que pasar lo suyo, y los demás también, por problemas un poco “tontos” de visado. Pero la Virgen lo solucionó todo. La H. María Dolores, Maestra de Novicias, no salía de su asombro de lo que estaba viviendo allí. En primer plano Beatriz, la “madre” de todos los que nos hemos embarcado en esta aventura de María, reina de la Paz. Ella es la responsable Nacional de la Asociación, y Dios sabe lo que ha trabajado para que la peregrinación saliera como ha salido. Nos transmite seguridad, paz y alegría.

Considero que la Virgen necesita almas entregadas en serio, ilusionadas, dispuestas a todo, que sepan llevar por el mundo el mensaje del Amor y de la Paz. Y estas mujeres, y sus colaboradores, lo están consiguiendo. Yo te invito a que contemples la sonrisa de María, y la alegría de estas mujeres. Nos están diciendo: ¡adelante, no tengáis miedo, orar siempre, que Dios nos ama!

María, nuestra Madre, con sus brazos extendidos hacia ellas, parece decirnos: ESTAS SON LA HIJAS QUE YO QUIERO, LAS MUJERES QUE HOY NECESITA EL MUNDO. AQUÍ ESTÁN. ¡GLORIA AL SEÑOR!

Juan García Inza


Oración y sacrificio

Medjugorje no es turismo religioso, ni pietismo inculto, ni fanatismo, o simple credulidad ciega. Yo en este lugar donde la Virgen se te hace cercana, he visto mucho amor, penitencia, oración, trato íntimo y profundo con la Eucaristía , mucho amor a la Virgen , y una gran fraternidad. María, Reina de la Paz , se apareció por primera vez hace 25 años a siete niños en este montículo agreste y duro cercano al pueblo. Le llaman desde siempre el monte Podbrdo. Todo él es un enorme pedregal, sin caminos hechos: “se hace camino al andar”. Las piedras puntiagudas, que hay que ir sorteando para poder caminar con la ayuda de un bastón, si es posible. Nadie se ha preocupado, ni lo han pensado, de hacer una senda cómoda para ascender al lugar de las primeras apariciones. Y la gente, mayores y jóvenes, suben guiados por la fe y el amor. Yo iba con unos zapatos algo apropiados para sortear las dificultades de la ascensión. Pero me quedé confuso al ver cientos de personas, mayores y jóvenes, como el de la foto que subían descalzos. Para mí fue una gran meditación. Una lección de penitencia por amor. Y con los pies ensangrentados llegaban a la cumbre donde se venera una bella imagen blanca de María. El sol naciente la envuelve de una belleza singular. Todos rezan junto a ella. Unos depositan a sus pies fotos, escritos, flores, sobres que contienen alguna carta de amor. La verdad es que te sientes muy cerca del cielo. Gente con los brazos en cruz solicitando silencio. Niños y abuelos rezando juntos. Jóvenes sumidos en una profunda oración. Este es el verdadero Mendjugorje. Al bajar, con la misma dificultad el Podbrdo, me encaminé silencioso hacia el pueblo. Iba solo, pero notaba que alguien me acompañaba. No dude que sería María, Reina de la Paz.

Juan García Inza


Como niños

Estábamos un grupo rezando el último Misterio Luminoso del Santo Rosario. Antes de acabar me dice una religiosa: -Mire a su izquierda.- Miré y contemplé con agradable sorpresa a este niño de la foto que, dejando en el suelo su barita, se había arrodillado y recogido en oración ante la imagen de este Misterio dedicado a la Institución de la Eucaristía. Le hice inmediatamente esta foto, y después me interesé por él. A unos pasos vi a un matrimonio que sonreían felizmente. Resultaron ser los padres del niño que gozaban viendo del gesto del pequeño. Intentamos hablar con ellos, pero eran polacos y el idioma nos lo impidió. Pero hablamos con los gestos y el corazón. Le enseñé cómo había salido la foto y me dieron una dirección para que se la enviara a Polonia.

He contemplado muchas veces esta tierna imagen. Es la viva imagen de la fe cristiana que la Virgen nos está recordando: orar, hacerse como niños, ser sencillos, dejad que los niños se acerquen a Dios. En su mensaje del 25 de mayo de 2001, nuestra Madre, la Reina de la Paz , dijo lo siguiente: “¡Queridos hijos! En este tiempo de gracia los invito a la oración. Hijitos, trabajan mucho pero sin la bendición de Dios. Bendigan y busquen la sabiduría del Espíritu Santo para que los guíe en este tiempo, a fin de que comprendan y vivan en la gracia de este tiempo. Conviértanse, hijitos, y arrodíllense en el silencio de vuestro corazón. Pongan a Dios, en el centro de vuestro ser, para que puedan en alegría testimoniar las bellezas que Dios les da continuamente en vuestra vida. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”.

Contempla la imagen de este niño, que arrodillado reza con sus manitos juntas, y que ha invitado al Señor a entrar en su corazón silencioso. Si no nos hacemos como él nos será difícil entrar en el Reino de los Cielos.

Juan García Inza


Algo nos pide nuestra Madre

Cuando llegas a la cima del Podbrdo, el montículo de las apariciones, tras escalar por las puntiagudas piedras que “alfombran” el suelo, te encuentras con esta bella imagen de nuestra Señora. Totalmente blanca. Esa imagen de la Reina de la Paz fue colocada allí y bendecida el 8 de septiembre de 2001. Los peregrinos y devotos suben el monte a cualquier hora del día, pero para mí la mejor hora siempre ha sido con la salida del sol que, cuando asoma por la cima de la montaña, le da a la imagen una belleza especial. Igualmente al atardecer, que el sol la ilumina por su lado izquierdo. Las puestas del sol en Medjugorje son siempre espectaculares.

En torno a la imagen de la Madre siempre te encuentras personas profundamente recogidas en oración. Se vive la paz junto a Ella. El Rosario brota espontáneo de los labios de todos. Y si te quedas mirando a la Virgen observas que tiene su mano izquierda extendida en actitud de pedir. La derecha está sobre su pecho, que guarda su corazón de Madre. Parece decirte: Yo te amo con todo mi corazón, ¿Qué me das tu a cambio? Y uno se lo quiere dar todo: el cuerpo, el alma, la sonrisa, el llanto, el amor, la petición, el agradecimiento…la vida entera. Pero lo que más te sale de dentro es la necesidad de estar callado, escuchar y dejar que tu corazón vuele hacia ella. Ha valido la pena la fatiga de trepar por los riscos del camino para estar un rato junto a María. No te bajarías de allí, pero cuando tienes que hacerlo, siempre te traes contigo la gran alegría de haber vivido un rato de cielo, y el corazón lleno de paz.

Juan García Inza